¡Cuando se trata del cuidado de la sonrisa de los más pequeños, el momento de realizar su primer chequeo en el ortodoncista es crucial! En edades tempranas, podemos detectar y tratar problemas en el desarrollo de la mordida de tu hijo que, de otra manera, implicarían la necesidad de procedimientos más extensos e invasivos. Te cuento más a continuación.
Si bien hay muchos problemas de ortodoncia que los ortodoncistas coincidimos en que se tratan mejor después de que hayan aparecido todos los dientes permanentes, hay un porcentaje significativo de pacientes que se presentan a consulta con maxilares posicionados de manera incorrecta, características que impiden que un tratamiento ortodóncico óptimo se pueda lograr solo con el movimiento dentario.
Es por eso que un tratamiento ortodóncico temprano siempre debería ser la mejor opción para el tratamiento de la sonrisa de tu hijo, ya que nos permitirá interceptar problemas en el desarrollo que podrían empeorar con el paso del tiempo, eliminar la causa, guiar el crecimiento de los huesos faciales y maxilares, y proporcionar espacio adecuado para los dientes permanentes. Hacerlo de esta manera nos permitirá que, una vez llegado el momento y hayan aparecido todos los dientes permanentes, podremos llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia con resultados óptimos tanto en función como en estética.
Es por eso que la Asociación Americana de Ortodoncia recomienda que los niños reciban su primer chequeo con el ortodoncista no más allá de los 7 años, o al primer signo de la presencia de un problema en la mordida. Esto se debe a que es a esa edad que la mayoría de los problemas del desarrollo del complejo dental y facial se hacen presentes, y es también, la edad idónea para que, en caso de existir algún problema, podamos abordarlo de manera oportuna.
Algunos de los problemas que recomiendo corregir durante el crecimiento de tu pequeño son los siguientes:
Prognatismo Mandibular: El prognatismo mandibular ocurre cuando la mandíbula o maxilar inferior está posicionada hacia adelante en relación con el maxilar superior. Como resultado, tendremos una mordida donde los dientes inferiores estarán por delante de los superiores o, en algunos casos de menor gravedad, al mismo nivel, lo que llamamos mordida borde a borde.
Retrognatismo Mandibular: En contraste, el retrognatismo mandibular ocurre cuando la mandíbula o maxilar inferior está posicionada hacia atrás en relación con el maxilar superior, resultando en un resalte excesivo de los dientes superiores y un perfil convexo.
Mordida Cruzada Anterior: Una mordida cruzada anterior ocurre cuando los dientes inferiores delanteros están adelantados con respecto a los dientes superiores delanteros. Esto puede deberse, como explicamos antes, a un posicionamiento más adelantado de la mandíbula o a una posición incorrecta de los dientes.
Mordida Cruzada Posterior: Una mordida cruzada posterior se observa cuando algunos dientes posteriores superiores muerden por dentro de los dientes posteriores inferiores. Esto puede provocar problemas de masticación y un desgaste dental irregular.
Apiñamiento Dental: El apiñamiento dental se produce cuando no hay suficiente espacio en la boca para que los dientes crezcan correctamente. Esto dificultará una limpieza adecuada, aumentando así el riesgo de caries y enfermedades de las encías.
Dientes Extra o Faltantes: La presencia de dientes adicionales o la ausencia de dientes puede causar problemas de alineación y mordida, así como problemas estéticos. Detectar esto a tiempo puede evitar complicaciones y facilitar la corrección ortodóncica.
Mordida Abierta: Una mordida abierta ocurre cuando los dientes superiores e inferiores no hacen contacto al cerrar la boca. Esta situación puede deberse a hábitos como chuparse el dedo o a una discrepancia en la dirección del crecimiento de los huesos maxilares, a veces asociada a problemas respiratorios.
Conclusión:
En conclusión, Identificar y tratar estos problemas ortodóncicos a una edad temprana puede evitar complicaciones futuras y mejorar la salud dental y la calidad de vida de tu hijo. Si notas alguno de estos síntomas en tu hijo, considera programar una cita con un ortodoncista lo antes posible.
¡Hasta la próxima!